Antes del anoceher, llego.
Es una tarde lluviosa, voy en el asiento trasero viendo cómo se deslizan las gotas gruesas sobre la ventanilla pero mi mente no se encuentra allí, está lejos; no reparé en ninguno de los lugares por los que pasábamos, no me ponía a observar los alrededores mientras la lujosa camioneta andaba pero de pronto, como instinto, pude distinguir que ya estábamos acercándonos. Salí del remolino de pensamientos en los que me encontraba y me concentré en el camino: ya divisaba aquél sendero que tanto me gustaba y que hacía tanto tiempo que no veía; apenas se podía distingtuir pues la lluvia era demasiado recia. Arribé.
Estoy en el lugar donde hasta hoy me di cuenta que es...
Saturday, 16 March 2013
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